sábado, 5 de diciembre de 2009

1º de Marzo de 1948: ¿La nacionalización de los ferrocarriles fue una acción antiimperialista?


El 1º de marzo de 1948, el presidente Perón convocó una movilización para anunciar una medida trascendente: la nacionalización de los ferrocarriles. Inmensos carteles con la inscripción “ya son argentinos” rodeaban la concentración. La decisión gubernamental desató una intensa polémica que se ha prolongado hasta nuestros días. ¿Cuál fue el origen y propósito de la nacionalización? ¿En qué circunstancias fue resuelta? ¿Cómo fue caracterizada por las distintas corrientes políticas?

El ferrocarril en bancarrota

La red ferroviaria constituyó, desde el siglo pasado, uno de los principales instrumentos de dominación del imperialismo inglés en la Argentina. Se levantó sobre la desnacionalización de las primeras líneas y funcionó en base a un sistema de utilidades garantizadas por el Estado. Manejando las tarifas, las compañías ferroviarias podían hundir e incomunicar regiones enteras: gozaban de concesiones especiales para importar y distribuir, sin impuestos, todo tipo de manufacturas inglesas; y lucraban, además, con la apropiación y venta de las tierras aledañas a la red.
A partir de la Primera Guerra Mundial, con la progresiva declinación de Gran Bretaña en el comercio internacional, cesaron por completo las inversiones inglesas en la red. Este estancamiento se afianzó con la crisis económica del ‘30, que provocó una fuerte reducción de las exportaciones argentinas. Entre 1929 y 1935, las cargas transportadas por ferrocarril declinaron 23% y los ingresos 40%. Las ganancias de las compañías decayeron entre 4 y 5 veces y las acciones ferroviarias se derrumbaron hasta 70%. La ampliación de la red caminera y la competencia del automotor (especialmente en el transporte suburbano) acentuaron el retroceso del ferrocarril.
A mediados del '30, la prensa británica comenzó a reclamar que el Estado argentino se hiciera cargo de una parte de las pérdidas. En 1938, el gobierno pro-inglés del general Justo dio el primer paso y nacionalizó el deficitario ferrocarril Central Córdoba, pagando una millonada de libras esterlinas. Dos años más tarde, el ministro de Economía y abogado particular de las compañías, Federico Pineda, presentó un plan de progresiva estatización del sistema. El proyecto resumía exactamente las pretensiones inglesas: constituir una “empresa mixta” con mayoría inicial británica y rendimiento garantizado por el Estado, quien iría comprando paulatinamente el paquete accionario de las compañías.
La línea de concesiones a los ingleses persistió durante el gobierno militar que asumió en 1943. Fueron autorizados aumentos excepcionales de las tarifas, y a las compañías se las eximió de pagar el aguinaldo y los aumentos salariales otorgados en ese período. Pero la presión británica en favor de un rescate estatal del ferrocarril en quiebra no se atenuó. El nuevo régimen político que emergió en 1945-46 con el triunfo peronista sobre la Unión Democrática, intentó encontrar una salida al problema.


Los yanquis no aceptan la “empresa mixta”

El imperialismo inglés salió de la Segunda Guerra Mundial completamente debilitado. Estaba aprisionado financieramente por una montaña de créditos adeudados a los yanquis y también cargaba con un enorme pasivo de 14 millones de libras con la Argentina por la compra de alimentos durante el conflicto bélico. Manteniendo estos fondos congelados, los ingleses se lanzaron a negociar un acuerdo económico general con el gobierno peronista. En setiembre de 1946, se suscribió el convenio Eady-Miranda, por el cual los británicos se comprometían a comprar una cuota de la carne para exportación y la Argentina a gastar las libras congeladas en manufacturas inglesas y en la progresiva adquisición del ferrocarril. El Plan Pinedo se hacía realidad con la constitución de una “empresa mixta” manejada por los británicos, El Estado no sólo aseguraba su rendimiento sino que además aportaba una inversión adicional de 500 millones de pesos. En Londres, los capitalistas estaban jubilosos y las acciones subieron en forma instantánea.
Pero este arreglo duró poco. Los yanquis impugnaron todo el convenio Eady-Miranda, argumentando que violaba las normas de sus créditos a Inglaterra (sujetos a la liberalización de todo el comercio exterior de este país).
Los norteamericanos se oponían a que la Argentina quedara atada a un acuerdo bilateral con Gran Bretaña, porque aspiraban a trabarse las libras congeladas, vendiendo a nuestro país sus propias manufacturas. Los yanquis estaban, además, interesados en un plan general que pasaba, en primer lugar, por colocar bajo su directo control nuestros saldos exportables de trigo y carne. En función de este objetivo, hubiera quedado bajo su dirección la reestructuración del sistema de transportes del país. Imponiendo la anulación del convenio Eady-Miranda, el imperialismo yanqui proclamaba su derecho a colonizar tanto a Gran Bretaña como al viejo dominio argentino de ésta.


Se compra un “montón de hierro viejo”

El fracaso del acuerdo Eady-Miranda, la subsistencia del enorme stock de fondos inmovilizados en Londres, el empantanamiento de toda la negociación ferroviaria se convirtieron en el año 47 en un factor de crisis para el gobierno peronista.
Toda la Unión Democrática puso el grito en el cielo contra la formación de la “empresa mixta”. Radicales, socialistas, conservadores y stalinistas, que actuaban a las órdenes del embajador Braden, se volvieron súbitamente “antiimperialistas” y denunciaron la capitulación de Perón ante los ingleses. Lo que le preocupaba a la vieja oligarquía pro-británica era un sistema ferroviario eventualmente controlado por Perón; la burguesía industrial, por su lado, sumaba a este hecho su interés en la política que propugnaba el imperialismo yanqui.
En este cuadro político, Perón se decidió por la nacionalización. sin pasar por la fase intermedia de la “empresa mixta”. Fue una medida de arbitraje para salir de la “impasse” e intentaba salvar el viejo y unilateral comercio exterior argentino de la captura norteamericana. Perón adoptó, dentro de estos límites, una medida nacionalista: no revolucionaria o históricamente progresiva sino ultraconservadora y demagógica, que apenas sirvió para demorar por algunos años la penetración colonizadora del capital yanqui.
Las consecuencias económicas de la nacionalización fueron catastróficas. Los ferrocarriles, valuados por una comisión del Poder Ejecutivo en 1.000 millones de pesos, fueron comprados a 3.000 millones, porque el Estado se hizo cargo de las deudas, juicios pendientes y gastos de adquisición. Perón había declarado que “no vamos a usar los fondos bloqueados para comprar hierro viejo”, pero terminó transfiriendo al Estado una instalación que tenía el 96% de las locomotoras y el 85% de los rieles completamente desgastados. El efecto de semejante estafa fue tremendo. En 1947-51, el déficit de los ferrocarriles ascendió a 1.000 millones de pesos y el quebranto se acentuó sin pausa con el transcurso del tiempo.


¿”La mejor opción”?

Salvo casos excepcionales, todos los autores peronistas reconocieron que se pagó una cifra descomunal por los ferrocarriles. Sin embargo, Scalabrini Ortiz, Abelardo Ramos y Puiggrós argumentaron que “no importaba el precio porque se compraba soberanía y con ella la posibilidad de favorecer el desarrollo de la industria nacional”. En realidad, sucedió todo lo contrario. La industria nacional había comenzado a desarrollarse como consecuencia del bloqueo comercial impuesto por la Guerra y la imparable declinación de Gran Bretaña. El monumental rescate de los ferrocarriles fundidos obstruyó este proceso, porque se dilapidaron cuantiosas divisas, necesarias para el reequipamiento industrial. El despilfarro frustró -entre otras cosas- la imprescindible modernización del sistema de transportes.
“Era la mejor opción ante la negativa inglesa a desbloquear los fondos congelados”, señalaron otros defensores de la compra, como si la ruptura con la dependencia del imperialismo pasara por una operación contable. La resistencia a un eventual chantaje británico requería el combate global contra el imperialismo, empezando por la expropiación sin pago de los ferrocarriles.
Esta nacionalización contribuyó al rescate, con creces, del capital británico, por eso fue, de un modo general, una medida de adhesión al orden imperialista mundial. No provocó el alejamiento de ese imperialismo de la Argentina, porque ese alejamiento ya era un hecho previo. Se procuró una transición “ordenada” hacia una nueva integración al capital mundial y, en esta tarea parasitaria, se dilapidó la riqueza nacional. No se puede negar que fue una medida formalmente nacionalista. Pero lo que importa es desentrañar su contenido histórico, pues no sirvió para desarrollar las fuerzas productivas sino para encadenarlas aún más.

12 comentarios:

  1. Muy bueno el informe, pero mi opinion se condice con la de Scalabrini Ortiz, si bien no fué la compra mas eficiente, fué comprada soberanía y por lo que leí de historia, sí sirvió para crear fuentes de empleo en el desarrollo de los ferrocarriles una vez nacionalizados. Aún así hay que rever en qué se falló y empujar de una vez por todas un proyecto sólido para volver a conectar el país con ferrocarriles, un recurso estratégico tan esencial. El proyecto Tren para todos me gustó en lo teórico aunque no lo leí todo, pero todos muchachos, todos tenemos que empujar el resurgimiento de los ferrocarriles.

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  2. Felicito por el encuadre y por la claridad ordenada y sistemática esbozada en el informe.
    Asímismo me permito decir que las nacionalizaciones realizadas por el peronismo entre 1946-1955 no pasaron de ser acciones demagógicas acompañadas de mucha propaganda que ocultaban buenos negocios para algunos pocos, dilapidando la riqueza nacional en favor de capitales extranjeros. Digo que solo se trató de eso porque en realidad nunco se tuvo un plan de verdadera federalización del sistema ferroviario, esto es así porque amén que no se hicieron las inversiones debidas para el mejoramiento del sistema se mantuvo vigente el esquema de que todo los ramales se direccionaran al puerto de Buenos Aires. Un abrazo

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  3. lA VERDAD ES BASTANTE CURIOSO EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR DE LA NOTA QUIEN A PESAR DE PERTENECER A UN SECTOR IDEOLOGICO QUE CRITICA FUERTEMENTE A LA ACTUAL GESTION DE LA PRESIDENTA PROPONE LA EXPROPIACION DEL FERROCARRIL COMO MEJOR OPCION Y PASA POR ALTO LA QUITA DE CASI EL 70 PORCIENTO DE LA DEUDA EXTERNA COMO CONDICION PARA EL PAGO DE LA MISMA ,NO ES ACASO ESTA UNA MEDIDA CORRECTA SEGUN SUS PARAMETROS ?

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  4. Es increible ver como las decisiones de los politicos pueden seguir afectando la vida de los ciudadanos despues de tanto tiempo, ayer se cumplia un año de la tragedia de once y pensaba en el contenido de este blog, y como la linea de tiempo del golpeado ferrocarril argentino desemboca en una tragedia tal. Si no se invierte lo necesario y se deja de lado la mafia de los sindicatos que atan el transporte a la ruta vamos a lamentar muchos mas muertos, no solo en los trenes sino en las mismas rutas, porque un tren con carga en las vias es un camion menos en las rutas, y por lo tanto menos posibilidades de accidentes.

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  5. hola que quetal mi nombre es dario la opinion que escribio el autor por que no es mas nada una opinion por su ideologia politica que tiene en esa opinion favorece mas al gobierno peronista de ese momento peron se hizo cargo de los ferrocarriles por que estaba destrozado y eso de lo que dice que compro fierros viejos es mentiria por que yo le creo a los que vivieron esa epoca a los trabajadores argentinos ellos son unicos testigos pregunta no por que menen vendio los ferrocarriles por que les generaban molestia y el mantenimiento de los trenes actuales nosostros somos lo que nos tenemos que cuidar yo siempre veo cuando ponen un tren nuevo se destrosan por que nosotros los argentinos no le damos valor a las cosas por que lo ponen el estado nacional ya es una mierda a sie es una empresa privada a que bien que tren lo unico que pido en pensar cuidemos lo que tenemos y afguante cristinaaaaaaaaaa digan lo que digan es la mejor junto a nestor ellos me devolvieron la dignidad creer en un pais juntos lo vamos a ir cambiando pero si empesamos a quejarnos por todo no se si va poder seguir cambiando los que tenagas a ideas propongas todas la voces son escuchadas sin violencia nada massssssssss

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    1. Te juro que me costó leerte. Ni un punto, ni una coma, ni una mayúscula usas. ¿Asi que Nestor y Cristina te devolvieron la dignidad de creer? ¿De creer en qué exactamente? ¿Creer que iban a invertir en ferrocarriles? Porque ya en 2003 Nestor decía que iba a hacer caer las concesiones, pero hubo que esperar años hasta que algo hicieran. Murió gente. Hubiera estado bueno que no afanaran tanta plata, ¿no?. ¿Cómo se explica la fortuna que tienen Cristina y sus ministros? ¿Y sus amigos empresarios? Es toda para ellos mi amigo. Nada para vos. Con la plata que se afanaron hubieran hecho escuelas para que tus pibes escriban mejor que vos. Pero bueno, vos les crees.

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    2. Sr. Anónimo; coincido con vos, desde mi lugar de espectador de la política, que supongo también debe ser el tuyo, que el tema ferroviario debería haber sido resuelto antes. Esto me lo permito como expresión de deseo, aunque reconociendo mi ignorancia respecto a los pormenores en cuanto a las posibilidades, en terminos financieros y contractuales que dominaban la situación. Lo que jamás se me ocurriría hacer, es pensar univocamente que la causa es la supuesta corrupción que se le endilga al gobierno, puesto que para afirmar eso tengo menos elementos que para lo anterior. Salvo que tome como válidas a priori todas las denuncias sin comprobación efectiva que se les vienen formulando, desde los medios afectados en sus intereses por este gobierno, lo cual me colocaría en la situación de repetidor de esas denuncias por simple comunidad ideológica, es decir repetiría lo que suena mejor a mis oídos, desdeñando cualquier otra visión.
      Por otro lado, cuando le contestás a Darío, respecto al sentimiento de autoafirmación de su dignudad, a partír de creer en un futuro mejor, lo que hiciste es enormemente cruel, porque apuntantaste directamente a sus defectos de redacción para atacar precisamente a esa autoestima. Un pueblo que se siente digno es mucho más dificil de someter. Lo primero que hacen los enemigos del pueblo es convencerlo de su incapacidad e ignorancia, para, a travez de un academisismo puesto al servicio de intereses concentrados, imponer políticas que lo hundan más y más en esa postergación y abandono. Un saludo cordial.

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  6. Rubén: el sr Anónimo tiene toda la razón, ese tal Darío ni debería tener derecho a la vida, ¿para qué queremos gente sin la más mínima noción de educación? Esa es la gente que quiere esta dictadura civil llamada "KIrchnerismo": indoctos analfabetos. PARA NO SER SOMETIDO NO HAY QUE SER DIGNO, HAY QUE TENER ESTUDIOS. El que quiere combatir a su propia ignorancia, l ohace. Y el que no, apenas "es feliz" con cumbia, vino, cocaína y vagancia. Saludos.

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    1. ¿Dictadura Civil? Solamente tres clases de personas pueden decir algo así: los ignorantes, los idiotas o los hijos de mala madre.

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  7. Haber, yo no entiendo porque siempre nos vamos a la cuestión ideológica y no usamos la razon y el sentido común. Si el 1º de enero de 1948 vencian las concesión dada a los ingleses y la tasación por parte del estrado era de 1.000 millones de pesos, pregunto cual era el sentido estrategico de pagar 3.000 millones o sea el 200% más de la tasación oficial, cuando con esperrar 9 meses los teniamos sin poner un peso al margen de los activos fijos que estaban tasados en menos de 700 millones; amen de que se trataba de una estructura obsoleta. Dejemosnos de joder con nacionalismo, soberanía, con que Peron, Kigner y otros, seamos inteligente s y pensemos alguna vez como argentinos, ya que mientras somos nada más que idiotas útiles a una u otra ideología de turno .

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    1. vencia la exencion de impuestos( ley Mitre ) NO LAS CONCESIONES !!!!

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